Ciclo de Política Internacional

Cena coloquio con el embajador de la República de Turquía Ömer Önhon. Latest Developments in Turkey

Latest Developments in Turkey

Hoş geldiniz Sayın Büyükelçi, bienvenido señor Embajador. Con estas palabras recibimos a Ömer Önhon, diplomático de carrera con una amplia trayectoria profesional al servicio de su país. Tras visitar las instalaciones del Colegio Mayor, Andrés Contreras -Presidente del Foro- y David Rojo -coordinador del Ciclo sobre Política Internacional- brindaron al invitado unas palabras de salutación. Çagdas Bilgin -Consejero de la Embajada- acompañó al Sr. Önhon, quien desarrolló una magnífica ponencia inicial titulada “Latest developments in Turkey”.

“Turquía es un país con una geografía particular, que en cierto sentido se puede considerar en el centro del mundo, puente entre la Unión Europea, Asia, Oriente Medio, Rusia… Ochenta millones de personas, que en los últimos veinte años han consolidado su posición como la quinta/sexta economía del espacio UE, y cuyo entorno de mercado puede llegar a los seiscientos millones de consumidores. Desde la Segunda Guerra Mundial Turquía mira claramente hacia occidente, integrándose en la OTAN y abriendo su proceso de admisión en la UE. Sin embargo, la lengua turca y los turcos están por todo el mundo, algo similar a lo que ocurre con España en América. Por este motivo Turquía no solo puede centrarse en occidente, sin dejar de ser un país europeo, no miramos solo hacia ese lado.

Turquía es un Estado de Derecho con forma de democracia parlamentaria en cuyo entorno se vislumbran diversas crisis que han afectado seriamente al normal desarrollo del día a día. Los refugiados sirios, unos tres millones, han costado hasta la fecha unos veinte billones de dólares, de los cuales solo dos se han recibido en concepto de ayudas por parte de la comunidad internacional. Asimismo, está el grave problema del terrorismo. Por otro lado, están nuestros vecinos. Con Rusia e Irán existen sendos tratados bilaterales que dotan a nuestra relación de un marco estable y, en cuanto a la UE, tenemos abierto nuestro proceso de admisión desde 1963. Para nosotros esto es un tema especialmente triste, esperar tanto tiempo, y consideramos que no siempre hemos recibido un trato correcto en igualdad bilateral. Cabe entonces preguntarse, ¿por qué insistir en unirnos? Nosotros defendemos la visión de que somos más fuertes juntos.

Con España mantenemos excelentes relaciones bilaterales. Nuestro comercio constituye el tercero más importante para España, sin contar con sus socios comunitarios. Asimismo, cabe destacar que unas seiscientas compañías españolas operan en Turquía y, a nivel político, España apoya nuestra entrada en la UE. Todo ello es un ejemplo de cooperación, que también se extiende a otras áreas como la inmigración y el terrorismo.

En conclusión, Turquía es un país dinámico, con amplia proyección en el mundo; sirva como ejemplo que Turkish Airlines tienen un volumen de operaciones en África similar al de Air France. Como todos, nadie es perfecto, pero nuestro deseo está en mejorar, particularmente en nuestra relación con la UE”.

Tras el desarrollo de esta interesante ponencia marco se abrió el turno de debate con abundantes intervenciones, todas expresadas en un correcto inglés. Ahondando en el tema de las relaciones bilaterales Turquía-UE, el Embajador recordó que “en la actualidad hay cuatro miembros de la UE en el G7, que tras la salida del Reino Unido pasarán a ser solo tres y, en las proyecciones a veinte años, cabe esperar que no haya ninguno. El hecho es que en la UE se está detectando una tendencia a “cerrarse al otro” y al mismo tiempo Turquía es un país que tampoco puede dejar de mirar hacia oriente. Como parte de la UE, nosotros creemos que Turquía sería un país más seguro y también pensamos que como país musulmán podemos aportar a la UE muchas ventajas y facilidades de diálogo, pero tristemente no todos lo entienden así”. Interpelado por las objeciones que la UE plantea a Turquía, el Sr. Önhon señaló desde una perspectiva razona que “a lo largo de la historia del proceso de adhesión fundamentalmente se ha apuntado al tema de la convergencia y el índice de desarrollo económico. En este sentido es justo señalar que la UE ha contribuido a nuestra mejora y, desde el año 2000, tenemos un PIB asimilable al del entorno comunitario. Ahora el problema parece ser el contrario… que somos demasiado fuertes. Por otro lado, está la cuestión de la población, unos ochenta millones, que en unas elecciones comunitarias se piensa que podrían desestabilizar el actual Parlamento Europeo. Nosotros somos sensibles a esta inquietud y por ello no habría inconveniente en buscar un ajuste institucional en el que todos estemos de acuerdo. La realidad es que Turquía es parte de Europa y que su única diferencia fundamental está en la religión y, si esto es un problema, entonces puede ser una cuestión insalvable”. En esta línea se abordó el tema de Chipre, sobre el que el nuestro invitado explicó que “se trata de una isla con diversidad y, en 1974, nuestro gobierno intervino como una reacción a la enosis (unión con Grecia). Inmediatamente nosotros defendimos una solución y un status quo, que la parte griega rechazó. Aquí la UE cometió un error al aceptar como miembro a la parte griega de la isla, no atendiendo al principio de que los candidatos no deben tener problemas de fronteras. La realidad es que todavía hoy no hay acuerdo. Nosotros queremos una solución real y con garantías”.

En cuanto al terrorismo y su impacto, el Embajador apuntó que “la mayoría de las víctimas de Dáesh son musulmanas, y por tanto el centro de la cuestión está en un mal uso de la religión”. “Los intereses turísticos están directamente relacionados con la cuestión de la seguridad, esto en España se sabe bien. Nosotros en Turquía éramos el sexto receptor de visitantes a nivel mundial, España los terceros. Actualmente, tras el intento de golpe de estado en mi país hemos visto como la afluencia de visitantes se ha reducido, pero esto también ha pasado por ejemplo en Túnez, en donde el turismo es el principal motor económico. Para la economía turca el impacto también ha sido importante, y por eso hay que insistir en que la clave está en que las personas no se radicalicen”.

En relación a la guerra en Siria, “se puede constatar que sus consecuencias han sido dramáticas para su población. Siria era un país industrial, cuyo tejido productivo está muy dañado, y que hoy se encuentra en una encrucijada donde se cruzan de multitud de intereses. El problema debería tener una solución política manteniendo la unidad territorial. Además, hay una gran cuestión por resolver y esta es qué ocurrirá con al-Ásad, quien quizá no pueda mantener el poder, pero tampoco se puede permitir que Dáesh avance terreno. Este es un escenario muy complejo con dos realidades que se retroalimentan”.

Abordando el tema de las minorías, el Sr. Önhon señaló que “Turquía es un país secularizado, aunque ahora desde el exterior se ha dicho que nos hemos vuelto más conservadores. Sin embargo, la realidad es que en Turquía todo el mundo es libre de elegir. Es cierto que la religión nos invita a ser conservadores y nosotros tampoco podemos renunciar a nuestras raíces, eso no sería un juicio justo”. Conviene recordar que “en el espacio centroeuropeo hay unos tres millones y medio de turcos, fundamentalmente repartidos entre Alemania y Austria. Ellos en cierto sentido también son una minoría y en este sentido es preocupante constatar el ascenso de ciertas tendencias xenófobas que usan un discurso racista”.

Tras una velada interesante en el que pudimos disfrutar de dulces y té locales, cerramos la noche agradeciendo al Embajador su tiempo y simpatía. Un encuentro muy constructivo, donde se pudo comprobar con claridad el verdadero carácter de Turquía puerta, puente y crisol; con Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul.